Capitulo 56: Un ron con Coca cola

Era de tarde, Montaño caminaba silencioso hacia la casa de Ferruco con la idea de encontrarlo, al llegar timbró y él se asomo por la ventana, subio a su habitación y lo encontró tocando guitarra frente al computador, estaba grabando algo.

Charlaron un poco y media hora despues decidieron ir por una botella de ron, coca cola y limón, se sentaron en la sala y bebieron mientras fumaban de la pipa de Montaño.

Ferruco conocia muy bien al andariego y sabia cuando algo no estaba bien en él, pero prefirio no preguntarle, sino esperar a que le contara. Montaño no lo hizo, no quiso abrumarlo sobre sus sentimientos hacia Lorella.

Pero a medida que la noche iba cayendo y los dos se iban dejando llevar los placeres del ron, comenzaron a metaforizar sobre sus vidas y sobre lo que estaban viviendo ahora:

-¿Porque hacemos estas cosas, porque la necesidad del movimiento? -pregunto Ferruco luego de bajarse medio vaso y masticar un pedazo de limón.
-Porque necesitamos sentirnos vivos y creer que lo que hacemos tiene un significado en nuestas vidas.
- y eso no lo podemos hacer en nuestro pais?
-si, pero no es igual, ahí a duras penas sobrevivimos dia a dia.
-pero eso es igual en todo lado.
- yo prefiero sobrevivir sabiendo que puedo conocer otras culturas, que puedo confrontar mi trabajo y no sentirme que pertenezco a un solo lugar sino a varios, no quiero someterme a un sistema que solo me enseña a vivir una vida marcada por una serie de convenciones lejanas a mis sueños, si soy un viajero, es porque deseo no ser cuerpo sino destino, puede sonar muy maricona la idea, pero tiene sentido con lo que quiero. -Ferruco se notaba confundido con las ultimas palabras de Montaño- Durante años vivi en Bogotá me gusta la ciudad y veo que puedo hacer cosas, pero poco a poco me estaba acostumbrando a una forma de vida que me decia que mi meta tenia que ser: asegurar un dia una pensión, armar una familia, hijos y la preocupación diaria de un sostento. Para mi la vida es mas que eso, no deseo riquezas materiales, deseo conocer, explorar, ver y sentir, quiero amigos en cada lugar y aprender de cada cultura, meterme entre la gente de cada ciudad y vivir lo que ellos viven, ver lo que ven y adaptarme a su mundo hasta que me voy para vivir en otro, sentir la diferencia en la manera de hablar, las palabras que cambian aunque signifique lo mismo, mi motor es vagar por el mundo como buen vagabundo, estar parado frente a lo maravilloso del Aconcagua, comer el anticucho de las calles peligrosas del centro de Lima o cruzar el Titicaca mientras respiro sus aromas humedos, solo tengo un paso por el mundo y no le hallo sentido gastármelo consiguiendo cosas que son materia y que van a acabarse en cualquier momento, en cambio las cosas que logro en los viajes a través de mi percepción son para siempre, si veo una foto de Machupichu nunca será igual al hecho de haber estado ahí, si no vivo en Chile nunca va a ser igual si me lo cuentan, si escucho chacareras bolivianas en vivo, no va a ser lo mismo que escucharlas en un CD, la gente escoge su destino, yo escogí este y me siento feliz de haberlo hecho. El teatro es la llave que me permite abrir puertas y mi entrega a el es la respuesta en agradecimiento a lo que me permite conocer, tengo amigos en cada lugar que no son permanentes, osea no voy a morir con ellos viéndolos todos los días, pero son mis amigos con los que deseo poder tomarme una cerveza alguna vez, ir a un bar, intercambiar historias, o simplemente tener una buena conversación, eso vale mas que todo el oro del mundo, eso vale mucho mas que una estabililidad aburrida donde tengo que pensar en poner el reloj cada noche para levantarme al día siguiente a cumplir un horario de trabajo, salir en las mañanas y regresar a casa en las noches repitiendo el ciclo dia a dia, eso lo viví y estuvo bien en su momento, ahora no lo deseo para mi, por lo menos no por un buen tiempo.